Uno de los retos más complejos y satisfactorios de Ruarte Contract es la elaboración de artesonados mudéjares y neoclásicos y su instalación en proyectos de arquitectura tan dispares como viviendas, hoteles, restaurantes, fincas de caza o bodegas. Policromados o no, en relieve o no, se trata de un tipo de instalación que nos es natural por tradición y probablemente el que más satisfacción aporta una vez terminado.
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Por ello, creemos necesario reivindicar el peso del arte mudéjar y sus artesonados en la arquitectura española contemporánea, recordando de dónde proviene y dónde se encuentra la impronta mudéjar en España, centrándonos especialmente en algunos artesonados especialmente reseñables dentro de nuestro patrimonio.
El arte mudéjar se desarrolló en los reinos cristianos de la península ibérica, incorporando materiales, elementos e influencias de estilo hispano-musulmán, y tuvo lugar entre los siglos XII y XVI, consecuencia de la mezcla de las corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas y renacentistas) y musulmanas de la época y que sirvió de enlace entre la cultura cristianas y el islam.
Para algunos, epígono del arte islámico, y para otros, periodo del arte cristiano en el que surge la decoración islámica, ya que lo practicaban los mudéjares -personas de religión musulmana y cultura árabe que permanecían en los reinos cristianos tras la conquista de su territorio y conservaban su religión y estatus jurídico propio a cambio de un impuesto-, los moriscos -musulmanes convertidos al catolicismo tras la pragmática de los Reyes Católicos en 1502- y cristianos que aprendieron técnicas propias del arte musulmán.
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Se puede decir que el arte mudéjar no es un estilo unitario, sino que sus características difieren según la región, entre las que destacan el mudéjar toledano, el leonés, el aragonés y el andaluz. Finalmente, desde la península ibérica, el mudéjar también viajó a las colonias españolas del continente americano y en el siglo XIX, nació el estilo neomudéjar como fruto de la fiebre revival arquitectónica del momento.
Curiosamente, no fue hasta el siglo XIX cuando Amador de los Ríos acuñó el término “arte mudéjar” en 1859 al pronunciar su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, discurso al que tituló “El estilo mudéjar, en arquitectura”.
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Nos hemos permitido el lujo de seleccionar algunas de las obras de arquitectura y artesonados mudéjares más singulares de la península ibérica, una selección de palacios, iglesias, torres, artesonados, puertas, estaciones de tren, sinagogas y mezquitas (como lo leen, cosas de la superposición de estilos a través del tiempo) casualmente situados en Toledo. O quizás no tan casualmente.
Artesonado mudéjar de la Sinagoga de Samuel Levi o del Tránsito (Toledo)
Fachada e interior mudéjar de la Mezquita del Cristo de la Luz (Toledo)
Detalles mudéjares en la Sinagoga de Santa María la Blanca (Toledo)
Arquitectura mudéjar en el Palacio de Galiana (Toledo), donde cuenta la leyenda que tenían lugar los encuentros amorosos del emperador Carlomagno y la bella Galiana, hija del rey musulmán Galafre
Artesonado mudéjar del claustro alto del monasterio de San Juan de los Reyes (Toledo)
Muro, artesonado y fachada neomudéjar de la estación de tren de Toledo
Torre mudéjar de la iglesia de Santo Tomé (Toledo)
